Al nacer mis hijos, me resuelvo hacer todo esfuerzo para que ellos se entreguen al Señor.
En este mismo momento, por fe los rindo a Dios rogando que cada hijo mío sea:
Un hijo de Dios Padre
Un siervo de Dios Hijo y
Un templo de Dios Espíritu
Y que cada hijo mío este libre de la condición de ser un hijo de ira
Y que sea posesión y siervo del Señor,
Como un eterno instrumento de su gloria.
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